jueves, 12 de julio de 2012

"La Fuente de la Vida" I



Juan Sánchez.
Hay veces que la mejor o la única opción es perderse para reencontrase con uno mismo. Hay veces que coincides en el espejo, pero no reconoces tu alma; y las alacenas y la buhardilla se van quedando vacías de realidad para colmarse de un ser extraño que nada, y todo, tiene que ver con tu reflejo. Una suerte de réplica impersonal, difusa, desnortada y obcecada en tomar un ‘atajo’ que corresponde a los cadáveres que debiste sepultar hace demasiado tiempo. La solución es desaparecer del espejo, borrar cada cicatriz de neutra palidez y mediocridad, aniquilar este presente que te asfixia y rescindir esa acidez en negación que te desdice y te destruye. Cual poseso vital incontenible, incontrolable, cual díptero empecinado y salomónico, salir zumbando, poner mil millas de por medio y provocar un tsunami de justicia que desdibuje la orilla infecta del piélago pretérito. Paraguas de demencia meditada y una consciencia que se renueve en cada gota de lluvia sustantiva y nítida, – sin interferencia exterior- que proporciona santuario donde guarecerse de la ponzoña impropia, y de la propia...
“Un comienzo es un tiempo complicado, siempre”
Estoy sentado en la terraza de un hotel de alta montaña. Truena un cielo helado, anegado de invierno a pesar de lo avanzado del mes de julio: una tormenta de verano para la resurrección del verso dormido, soñado. Un sueño es un comienzo y así hay que tomarlo, así hay que vivirlo: con la naturalidad del sabor a despertares, del aroma a violetas que cantan en abril y en cada sendero impredecible de un albor que empieza a ser posible y alcanzable. Aún así, y gracias al gélido viento y esa lluvia de lágrimas que se rien de uno mismo, este sueño no será desmentido por el verano más extraño pero deseado de toda mi vida, sino todo lo contrario. Allí, premeditado en los soportales de ese refugio de alturas, alpino aunque no esté en los Alpes sino en el corazón del viajero, allí se nace de nuevo. Un café bien reposado completa la partida, la llegada, y todo lo demás. Nunca se debe dudar de un sueño cuando tantas veces lo has abrazado despierto. Lo peor es no poder soñar. En todo caso, un sueño resuelto es un gran avance hacia la solución de este enigma que es la vida. Un peldaño eterno hacia la cumbre de uno mismo. El café está cargado de voluntad propia, yo también. Estoy justo en el lugar donde tantas veces he deseado reiniciar la memoria. Y no es una voluta de humo rancio en la insomne y lenta madrugada, es una certeza sin huella malsana. Justo aquí, en esta terraza apuntada hacia la cima más inconsumible, inagotable, se hacen realidad mi anhelo, mi espejo, el deseo, el sueño. Justo aquí fluye el manantial de una vida nueva… y aquell@s miserables no están en ella…
El viaje ha sido agotador, inacabable. Tanta distancia de espacio como de tiempo derrochado en sueños que se revelaron pesadillas. Tanta penumbra como arias de sirena entre esa niebla de mezquindad e incompetencia que todo lo plaga. La distancia vitalicia se hizo insoportable, se hizo voracidad de egoísmo y voz neutralizada por la sombra del pusilánime. Se hizo brecha en la fortaleza del guerrero. Consumió todo el cupo de optimismo para una vida entera en solo unos pocos años.
Y no es cuestión de crisis económica, es la acritud del conformismo, la inercia acomodaticia, insolidaria e insensible que nos han inyectado desde el nacimiento. Las tinieblas se expanden imparables, se revalidan en cada ser humano que jamás tendrá conciencia de su rareza, de su condición de irrepetible, de sí mismo. Jamás tendrá el valor de mirarse desde dentro, ni reconocer la nulidad de una vida diseñada para la esclavitud, el vasallaje, el diezmo y el derecho de pernada del poder sobre esa masa informe, muda y pobre en ambición de humanidad. Esa es la verdadera crisis que nos aniquila. Lo otro, lo que tanto publicitan en beneficio propio, sembrando más nubarrones negros para engrosar nuestro miedo, la crisis de los mercaderes y los avaros, es solo el reflejo de estos tiempos de oscuridad social y de regreso al homínido cavernario.
"Los lobos andan sueltos, los corderos degollados". Sencillamente..
*(Continúa en la segunda parte.... estoy en ello)

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